La base de QAnon es una fantasía conspirativa: al mundo lo rige una élite de pedófilos satánicos (comenzando por los Clinton y seguido por George Soros) que diariamente secuestran menores de edad y los mantienen en celdas subterráneas, para exprimirles un compuesto químico que sintetizado, prolonga la vida humana. La “Q” es una clave de acceso secreto del Pentágono y “Anon”, por supuesto significa “anónimo”.
En México, 78% de los lectores de noticias nos informamos en medios digitales y redes. El resto lo hace a través de páginas impresas. Los lectores buscan la nota casi en tiempo real y eso sólo lo consiguen en el ecosistema de Twitter y Facebook.
Aunque el tanteómetro epidémico estatal ya no me sorprende. Si la estrategia nacional tiene puntos muy cuestionables, la estatal ha sido un desastre desde que inició.
En política se deja una puerta abierta, por si es necesario salir corriendo. Pero el Presidente López Obrador prefiere cerrar la puerta y tragarse la llave.
Imaginemos que en vez de tocar yo el piano en ese infausto domingo de los vientos alisios, lo hubiera tocado alguno de los candidatos a gobernador de Nuevo León.
Les piden desvirtuar mis artículos. El tema es la infladota que le dieron al costo de la planta tratadora de agua del parque El Capitán... pero hay más.