En memoria del poeta regiomontano Iván Trejo | Eloy Garza

Eloy Garza González

Una víctima más de este virus implacable. Hace un par de noches le grabé un video con poemas leídos por mí, para darle ánimos, pero no alcanzó a verlo. Mis condolencias a su esposa, nuestra querida Alejandra.

Este poema lo escribió Iván hace algunos años: “Que recen los muertos mientras mengua el miedo / acá sigue todo lindo / la tierra fermenta yuca y hierba sana / mientras llego para orar juntos con fuerza”.

Cuento una anécdota que ahora me parece muy divertida para recordar a mi querido Iván, con una sonrisa, no con llanto. Hace décadas conseguí un ejemplar de la primera edición de Crow: From the Life and the Songs of the Crow (1970) del gran poeta Ted Hughes (a quien por cierto culparon de llevar al suicido a su pareja, la poeta Sylvia Plath).

En una cena que tuve en mi casa para festejar al enorme poeta Juan Gelman, ya muy entrada la noche, y al calor de los whiskies, le regalé a Juan este curioso ejemplar de Crow, que con tanto celo había yo guardado por décadas.

Gelman aceptó mi regalo pero con la condición de que nuestro mutuo amigo Iván Trejo leyera en voz alta uno de los poemas del libro. Iván no se hizo del rogar. Se incorporó de su silla, histriónicamente, frente a la mesa repleta de alcohol y con su maravillosa voz gutural, comenzó a recitar cada estrofa en un inglés perfecto. En una mano Iván sostenía el libro y en la otra una copa de vino tinto.

En mitad de su interpretación, dada la enjundia dramática que le imprimía a su lectura, Iván arrojó violentamente, sin querer, el libro a la mesa mojada y luego derramó sobre él la copa de vino tinto.

El libro de Hughes quedó empapado, de la primera a la última página; manchado e ilegible. Todos enmudecimos e Iván no hallaba dónde meter la cara de la vergüenza.

“Bueno”, dijo el inteligente de Juan Gelman, salvando la situación: “quiero pensar que Ted se lo merecía por la manera como trató a su mujer”.

Descanse en paz, Iván Trejo. Gran poeta de Monterrey.