Es triste que, en una situación tan difícil, estemos enfrascados en pleitos inútiles. ¿Cómo llegamos a esta locura? Creo que de la misma manera como permanecemos en ella.
¿Cómo decirse entre ellos mismos que siguen apoyando las medidas de Donald Trump sin que se ganen el escarnio de los demócratas que viven en su vecindario?
A muchos priistas de Nuevo León todavía se les llena la boca (y les brillan los ojos) con el nombre de Rodrigo Medina de la Cruz, a quien consideran una suerte de “gurú”, por no decir vaca sagrada.
Luis Martín me dice que Clara Luz Flores sí cometió un acto de censura; que es reprobable pretender silenciar la sátira y que Marco Polo (no Clara Luz), merece una disculpa pública.
A su cruz le puso una ruedita para que al arrastrarla le fuera más leve el "calvario" desde su casa hasta el templo católico de Saint Justin Martyr Church.
Pedro me dijo: “Lo tildaste de borracho, para qué escribías eso”. Y yo le repliqué: “¡Y tú para qué me lo publicas!”. Un gran economista de izquierda, Armando Labra, ya fallecido y, a la sazón, coordinador de Asesores de la SEGOB, me aconsejó ir a pedirle perdón casi de rodillas a Muñoz Ledo, digamos que por razones de Estado. “Yo mismo te acompaño con el viejo gruñón”, me dijo.
La 1a fue el 12 de enero de 2016. La 2a, el 22 de enero de 2020 y la 3a, este sábado 20 de enero de 2021. Todas el primer mes de cada año, extraña coincidencia.
Por eso extraña, que, siendo tan, pero tan previsores los siervos y los encargados de cuidar las carísimas, preciadas y escasas vacunas contra el Covid-19, se les hayan echado a perder casi 5 mil dosis, ahora sí, porque no le tantearon el hielo a las hieleras.