Charla con Carlos Gómez sobre pueblos mágicos como Bustamante; ¿y por qué Villaldama no?

Eloy Garza 

En México hay 132 pueblos mágicos. Son pocos porque entre los 2,446 municipios que tenemos en el país, la mayoría no reúne las características para ser denominados así. Al menos es el decir de los políticos. 

Además, no siempre se trata de municipios. Pueblo mágico puede ser simplemente un poblado o una cabecera municipal. El proceso para convertirse formalmente en pueblo mágico es complejo. 

¿Qué ganan los habitantes de un pueblo mágico con esa denominación? Dinero público, más turismo, circulante de dinero y expansión comercial. Es como si adquirieran una marca que si saben manejarla, podrían sacarle mucho provecho. 

Al menos era antes, porque desde hace cuatro años, ya no se entregan recursos públicos a los pueblos mágicos. El Presupuesto de Egresos de la Federación destinaba una partida de $300 millones de pesos, mismos que ya se reasignaron a otros rubros. 

¿Por qué? Nadie lo sabe. Ni siquiera la Secretaría de Turismo, una de las más pobres dependencias del gobierno federal. Se hicieron humo. En otros años, habían prometido incluso ascender el presupuesto a pueblos mágicos en $500 millones de pesos. Todo quedó en promesas. 

Es cierto: a veces ser pueblo mágico trae más desventajas qué ventajas a los lugareños. El turismo depredador, que no respeta flora ni fauna local, el incremento desproporcionado de los predios, la invasión de comercio informal, entre otros males. 

Sin embargo, por salvar los muebles de la casa en el incendio, a veces se queman casa y muebles. Es decir, por salvar a un pueblo de su denominación mágica, se le abandona a su suerte. Pasaban de ser pueblos mágicos a pueblos fantasmas. O sea, pagaron justos por pecadores. En vez de eso, deberían formalizar protocolos de gastos. Manuales de uso de recursos públicos y listo. 

Sobre estos temas hablaré para “Charla con Eloy Garza”, con el mayor especialista en pueblos mágicos que conozco: Carlos Gómez, amigo mío de muchos años (más de 30 pero no quiere confesarlos para que no calculen los lectores nuestra edad). 

Le preguntaré a Carlos Gómez por qué el gobierno de Samuel García sí destinará en el Presupuesto Estatal del 2022, una bolsa de 15 millones de pesos para los tres pueblos mágicos de Nuevo León: Bustamante, Linares y Santiago. También Lampazos de Naranjo recibirá otros $5 millones de pesos aunque no es pueblo mágico (pero como si lo fuera). Santiago, por ejemplo, se ha beneficiado mucho siendo pueblo mágico. Su gente es muy emprendedora y sus parajes son un paraíso terrenal. 

Y por supuesto le preguntaré a Carlos Gómez cómo le hacemos para que Villaldama también pueda recibir esa misma partida presupuestal especial. Y es que por Villaldama pasará la carretera que va al Puente Colombia, en los planes carreteros que contempla Samuel, en paralelo con la autopista La Gloria-Colombia. 

Esa zona detonará comercialmente en los próximos años. Villaldama tiene que sumarse con recursos estatales a ese proyecto. Así qué hay que darle también sus $5 millones de pesos más lo que le corresponde en presupuesto como municipio. ¿Es mucho pedir, Samuel? 

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