Drama en dos actos con pilón | Por Paco Villarreal

Paco Villarreal

ACTO PRIMERO
A mí en lo personal no me gusta el lío vial que provocan las marchas y los bloqueos. Hasta las peregrinaciones y las caravanas fúnebres me incomodan. Este lunes, por pura mala leche del destino, me tocó atravesar el caos causado por la primera manifestación magisterial exigiendo sus aguinaldos. No sé si sea por esa abulia compasiva que a veces llega con la vejez o por conciencia cívica, pero comprendí que estaban en todo su derecho de manifestarse y de exigir al gobierno estatal. Me molestó el caos, por supuesto, pero lo asumí con resignación, no con furia. Confieso que pensé en algunos insultos, que no dije, pero no eran contra los maestros. Comprendí que en esas circunstancias, yo mismo, si no fuera tan perezoso, hubiera también marchado y emitido felizmente esos insultos que imaginé. En algunos rubros de la nómina estatal, supongo que es posible hacer recortes, aplazar o diferir pagos; pero en trabajadores de base, los que de veras trabajan y no sólo se placean en los medios, los que sacaron adelante no sin muchas dificultades una modalidad educativa insólita, los que se solidarizaron así con una emergencia, no merecen verse abusados en sus derechos. Así como un sueldo establecido puede estar sujeto a negociaciones entre las partes al alza, pero nunca a la baja, un aguinaldo no se debería enmendar con acuerdos entre funcionarios y líderes sindicales sino con debate entre legisladores federales (hay derechos que no son renunciables). Espero no tener qué pasar otra vez en el caos vial provocado por los maestros. Si sucediera, claro que estaré sumamente molesto, pero no con ellos. ¿Que el gobierno estatal no tiene dinero? ¿Ni siquiera en partidas previstas por la ley y que no deben ser usadas para otros rubros? Eso parece más bien un error administrativo. El gobierno dice que no tiene el dinero de los maestros. Pues los maestros tampoco.

ACTO SEGUNDO
Estaba muy feliz por el notorio descenso en los contagios por Covid-19. Pero soy muy incordioso conmigo mismo y no me quise dar esa satisfacción. Además, ya vi las consecuencias de las aperturas comerciales y otras medidas locas tomadas por el Estado. La raza se confía y, ¡zas!, volvemos a empezar. Recordé las críticas del doctor De la O a las estadísticas nacionales de contagios por muestreos (que, no olvidemos, generan los propios estados). Nuevo León manejó sus propias cifras pretendiendo un registro más amplio (que nunca fue, es, ni será universal). Así hemos pasado la epidemia con dos cifras de contagios diferentes, la estatal y la federal (que, insisto, también se genera en el Estado). Ambas son muestreos. Ambas dependen del número de pruebas aplicadas. Ninguna representa un valor real en los contagios. Así que, me dije: “Paco, no te enfiestes, no quemes los cubrebocas, no te bebas el gel, no vayas a los antros. Si se limita la cantidad de pruebas se reduce el número de contagios registrados. Ya te lo haiga si te descuidas”. Una amiga tuvo problemas para encontrar en dónde hacerse una prueba necesaria. En varios lugares a donde fue le dijeron que la cuota de pruebas asignadas ya estaba agotada. Ese día al menos, pudo haber más contagios, pero como no había más pruebas no se registraron. El hecho de que esto coincidiera con las recientes medidas tomadas por el Estado para restringir la movilidad es, por supuesto, pura y vil casualidad. Eso sí, concuerdo en que debe restringirse la movilidad ahora por dos razones: una, que el virus se mueve con la gente; y la otra, que las medidas anteriores sobre movilidad en el Estado se hicieron mal o se aplicaron a destiempo.


PILÓN
Yo no entiendo mucho de marketing, pero creo que los políticos sí. Confieso que admiro la audacia de Samuel García al utilizar recursos de marketing en su promoción política. No es un truco novedoso. El “Pato” Zambrano ya lo hacía, aunque ha sido muy poco metódico, más bien salvaje. Pero volviendo al “senatore”, después de su rotundo éxito nacional con el affaire de “los 18 hoyos”, ahora aparece el de los “suelditos”. Se defiende García diciendo que lo han sacado de contexto. Y tiene mucha razón, fue sacado de contexto, ambas veces. En el primer caso, el contexto se lo dio la gente; en el segundo, se lo dio la torpe edición de aquella entrevista, creo que de hace un año. Su justa defensa en el segundo video no cancela lo inapropiado del primero.

Eso sí, ambos videos lo han puesto de moda en los medios y en las redes. Esta vez con la ventaja de que mueven más a risa que a indignación, contra otros escándalos que protagonizó. ¿Guerra sucia? ¿De veras? A mí me parece que no tiene sentido hacer guerra sucia contra él, tan poco posicionado política y popularmente, y el más inexperto en administración pública de los posibles candidatos a la gubernatura. Sospecho que son “tiros al aire” para llamar la atención. Como mis vecinos (nicolaítas) que este martes terminaron su ruidosa borrachera a las 4 de la madrugada. Así como Samuel, sólo nos dejan dos opciones: odiarlos, o sumarse a su fiesta… Y no, mis vecinos no me invitaron.

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