Finanzas nacionales y finanzas locales: números rojos

Eloy Garza González 

Se encienden alarmas económicas en México. Hace días vimos a nuestra divisa llegar a $22 pesos por dólar. Tal parece que ya se estabilizó, pero queda el antecedente del viernes pasado.

Hasta hace un par de meses, suponíamos que la cotización del peso frente al dólar no variaría del rango de +-3%. Ahora entramos en arenas movedizas. No sabemos si la variable económica será permanente o transitoria. Lo cierto es que nuestro salario rinde menos. 

¿Es por la especulación del nombramiento de Lucía Buenrostro como Gobernadora del Banco de México cuando todos esperábamos a Arturo Herrera? Influye. 

¿Es por el posible arribo de la variante Ómicron a nuestro país y porque Hugo López-Gatell insiste en que se exagera el impacto de esta mutación del virus? Influye. 

¿Es porque la inflación ha llegado a 7.5% y que para diciembre arrojará el mismo porcentaje? Influye. 

Pandemia, más inflación, mas dólar caro forman un cóctel difícil de deglutir para las familias mexicanas, más zarandeadas que nunca. 

Este es el escenario económico nacional; paso ahora a describir un escenario amenazante para los nuevoleoneses. 

En el caso de Ómicron podemos estar relativamente tranquilos, ya nos aplicaron la vacuna a casi 84 mil nuevoleoneses. Un porcentaje alto en comparación con otros estados. 

Registramos un avance de 89% en vacunación y 76% en segunda dosis.  Eso no quiere decir que estemos ya libres del mal. 

Las cifras acumuladas en Nuevo León rondan los 300 mil casos de Covid-19 y casi 15 mil muertes. 

Por otro lado, el Congreso del Estado probablemente incrementará el valor catastral. Sin duda este incremento es en teoría una medida necesaria. 

Se aumenta tu predial con la ventaja añadida de que se incrementa también el valor de tu propiedad. El mercado inmobiliario mejora. 

Sin embargo, no olvidemos que vivimos una pandemia de Covid-19 que aún se vislumbra difícil de erradicar. 

La gente de Nuevo León tiene sus bolsillos agujereados. Una de cada cuatro pymes en nuestro estado desapareció o está en números rojos, o quebrada. Hay 80 mil desempleados por la pandemia todavía hasta hace algunos meses. 

Apenas vamos recuperándonos del vendaval y algunos alcaldes en complicidad con diputados locales insensibles nos hacen llover sobre mojado. Es un abuso. 

Nadie se niega a pagar predial. Nos negamos a que se incremente de 30 a 50% un impuesto que puede posponerse para el año siguiente cuando ya la urgencia no sea sólo cubrir la canasta básica, incluso para familias de clase media. 

Y si eso pasa con los nuevoleoneses clasemedieros, peor le va a los pobres. Según datos oficiales la pobreza extrema pasó en Nuevo León del 0.7 al 2.1%. 

La inversión de $120 millones de pesos que acaba de anunciar Samuel García para el programa “Hambre Cero” es apenas un mejoralito. 

Dice el gobernador que a eso se le añadirá una metodología “para que los supermercados, abastecimientos y empresarios dejen de tirar comida que sirve. O sea, en lugar que se desperdicie alimento, la Secretaría de Igualdad e Inclusión llevará a estos polígonos lo mínimo indispensable para su nutrición.” 

Habrá que preguntarle a Marta Herrera, Secretaria del ramo cómo será dicha metodología: ¿el gobierno comprará a módico precio ese alimento? ¿Se encargará solo de la logística? 

Preguntas que tendrán que formularse y aclararse. 

Se obtienen mejores resultados con el recurso gestionado en Nafinsa de $2,300 millones para darle $1 millón de pesos a crédito a 2,300 pymes.

En suma, ¿vamos en Nuevo León económicamente para mejor o para mejor? Mañana le seguimos.

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