Memorable “Concierto de la OSUANL en el Parque”

¡Bravo! Así se hacen las cosas.

Plácido Garza

Les platico: gente por todos lados. Adultos, mujeres, hombres, niños, adolescentes, andaderas, carriolas, patinetas, mantas, tapetes, mochilas, sillas plegadizas y playeras,  llenaron la explanada del Parque Rufino Tamayo de SPGG al conjuro del primer concierto con la orquesta completa de la Sinfónica de la UANL, desde que se desató la pandemia.

La selección del programa fue otro acierto. Piezas del repertorio mundial que fácilmente son tarareadas por la mayoría de quienes nos dimos cita en este memorable Concierto en el Parque.

El final oficial fue lo que el director de la orquesta, el “general de división” Eduardo Diazmuñoz, llamó como el segundo himno nacional mexicano: “El Huapango” de Pablo Moncayo.

No le hace que muchos consideren como tal a la melancólica “Canción Mixteca”, de José López Alavés.

Cuando el gran final del “Huapango” apagó el concierto, se encendieron las luces de bengala del eufórico público que desde sus improvisados asientos dieron a entender claramente que para nada se moverían de ahí sin que se prolongara esta memorable velada.

Y eso fue lo que sucedió, con el acertadísimo gesto del director al llamar a una niña del público para que “dirigiera” la repetición de la pieza con la que inició el concierto: la “Obertura Festiva” de Shostakovich, con el público siguiendo otra vez con las palmas la conocida marcha.

La OSUANL sonó magnífica, como siempre, y antes de que comenzara el espectáculo platiqué con uno de los metales, quien me confesó que la selección de las obras fue todo un reto para esa sección de la orquesta.

La explicación previa que Diazmuñoz hizo antes de cada pieza le dio profundidad al concierto, al contar historias que quizá muchos no conocían de lo que hay detrás de la música seleccionada para esta ocasión.

Gente conocida, de la habitual asistente a las funciones de la Sinfónica en el Teatro Universitario.

Pero lo más digno de mención es el acierto de haber hecho esta función al aire libre, en uno de los parques emblemáticos de San Pedro, lo que dio lugar a que familias enteras se dieran cita, incluyendo a sus mascotas.

La presencia de los niños fue el aderezo que hará de esta fecha, memorable.

Ahí anduvo Melissa Segura, la flamante secretaria de Cultura del gobierno de NL y por parte de la UANL, el anfitrión fue Celso José Garza Acuña, acertadamente ratificado como Secretario de Extensión y Cultura.

Entonces, noche redonda, donde los ya bien sabidos músicos de primer nivel de la OSUANL dieron muestra de haber estado esperando ansiosos el reencuentro con su público, que en esta ocasión sumó a muchísimos más nuevos adeptos.

CAJÓN DE SASTRE

“¡Fabuloso!”, dice la irreverente de mi Gaby.