Miedo, temor y terror, he aquí la diferencia
Irreverente
Plácido Garza
Chicago.- Les platico: el centralismo de la 4T, al que yo llamo “oligopolio politico”, es todo menos la democracia de más de 200 años de Estados Unidos, que precisamente porque le lleva 100 a la nuestra, nos pone en una desventaja que se traduce en el desmadre de salud, seguridad, educación y economía que caracterizan al México del 2021.
Por esto que sostengo, algunos fugados del asilo marxista de Don Karl se rasgarán sus deshilachadas vestiduras llamándome “pro yankee”.
Me tiene sin cuidado porque además confieso ser seguidor fiel de los Yankees…de NY, del béisbol de las grandes ligas.
Y voy camino a los cadalsos disfrazados de editoriales mal documentados, si les digo que esa madurez que le falta a México en su democracia, es causante de un régimen que promueve el miedo en la población.
Miedo en los pobres, de no recibir las dádivas electoreras si se le salen del huacal al señor de los relicarios, sahumerios y conjuros del incienso con que los chamanes lo coronaron en el Zócalo hace tres años.
Miedo en los oligarcas como Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego y otros de esa “ralea de sangre azul”, de no renovarles sus contratos, concesiones y prebendas en las que basan sus fortunas, partiéndoles -de paso- la madre a los millones de PYMES que claman en el desierto por pisos parejos para competir en campos que les están vedados, porque pertenecen a los mencionados y a sus afines.
Miedo en los de la clase media de seguir siendo hostigados para que se conformen con lo que tienen y entierren su afán aspiracionista, que es connatural a la esencia del ser humano, que quiere ser más y mejor, siempre.
Miedo en los cortesanos y a los bufones del palacio que viven cual rémoras de las sobras y migajas que el soberano les tira para alimentarlos como solovinos o mascotas, a cambio de que lo hagan reír y le sigan la corriente.
Miedo en líderes sindicales como Napoleón Gómez Urrutia, de aplicarle el Artículo 33 Constitucional -por la ciudadanía canadiense que tiene y de la que hoy reniega convenencieramente, si no se aplica en las instrucciones que le dieron de hostigar a los empresarios para que se alineen a los designios de la 4T, que quiere ver como súbditos a los trabajadores para usarlos como carne de cañón en las elecciones del 2024.
LOS VIKINGOS
Y sobre el miedo, les platico la siguiente historia:
Cuando los vikingos invadieron a Francia en el año 845, derrotaron con facilidad a todas las tropas que les envió el Rey Luis.
Como el ejército del Rey tenía una ventaja de 10 a 1, entre los francos corrió el mito de que los vikingos no conocían el miedo.
“Claro que conocemos el miedo”, dijo Ragnar, su líder”, solo que no lo fomentamos”.
“El miedo lleva a la servidumbre, la obediencia y la esclavitud, que es un destino mucho peor que morir en batalla.
Nosotros no adoramos a un jefe, es uno más, elegido momentáneamente; discutimos todo en asambleas, y nuestras mujeres son libres”.
Hace todos esos años, los manipuladores descubrieron que el miedo servía para esclavizar a las personas, y comenzaron a fomentarlo.
Ni siquiera debía ser un miedo a algo tangible; es más, mejor que no lo fuese.
Tanto servía el miedo a un demonio, a un dios vengativo, que a un universo perverso.
El miedo hizo que 150,000 egipcios agotaran sus vidas arrastrando piedras de 12 toneladas por el Sahara, para construir la Gran Pirámide.
MUCHOS VS. POCOS
¿Quién se los ordenaba?
Un Faraón, sus ministros y nada más que dos arquitectos.
No eran más de 14 personas.
El miedo hizo que padres entregaran a sus hijas para ser quemadas por brujas, o a sus hijos para ser sacrificados en un altar, o en las trincheras de Verdún.
A veces hubo gente que no se sometió.
En el año 1000, un grupo de jóvenes de la Isla de Bora Bora se cansó de los sacrificios humanos que sus “buenos señores” habían convertido aquel paraiso en un infierno.
Sus monarcas les dijeron burlonamente: “Si no les gusta, váyanse, desadaptados aspiracionistas”.
¿A dónde iban a ir?
Pues cargaron un barco con comida y animales y se hicieron a la mar.
“Los van a matar las tormentas, los tiburones, la sed”, les gritaron los que se quedaron a seguir siendo esclavos.
Los que se fueron, navegaron 22 días sin saber a dónde iban, hasta que encontraron unas islas deshabitadas a las que llamaron Hawaii.
Antes de bajar se prometieron que nunca más habrían sacrificios; que si alguien quería honrar a un dios, que lo hiciera con flores.
MIEDO Y TEMOR, HE AQUÍ LA DIFERENCIA
Entonces, queridos amigos, existe una gran diferencia entre el MIEDO y el TEMOR.
El TEMOR es ese sentimiento que nos permite subsistir; es esa “alarma” que nos avisa de que tenemos que cuidarnos y muchas veces es el resultado de experiencias anteriores.
También nos permite cuidar nuestra vida, familia y pertenencias; es algo natural.
Como saben, soy montañista y allá arriba, TEMOR es ver un risco y cogerse con las 20 uñas para escalarlo y admirar la inconmensurable belleza que nos depara la cumbre.
MIEDO es ver ese mismo risco y decir: “ni madres, está muy empinado” y darse la media vuelta hacia abajo.
El MIEDO es un estado de ánimo paralizante que impide no sólo pensar o razonar, sino que incapacita, por el terror que se siente.
Incluso en niveles muy altos, inmoviliza y bloquea la capacidad de reaccionar.
LAS CREENCIAS LIMITANTES
Y es precisamente EL MIEDO lo que históricamente nos ha causado tantas creencias limitantes.
Así pues, no tengamos miedo de pensar, decir y hacer lo que nuestras convicciones nos provoquen.
Nacemos sin miedo. Este nos llega como producto de estar vivos.
Si lo tenemos, elevémoslo al nivel del temor, pero no lo promovamos y no dejemos que nadie nos lo infunda.Y A TODO ESTO, ¿QUÉ ES EL TERROR?Es el que sentimos ante la impotencia de no depender de nosotros el devenir de las cosas.
CAJÓN DE SASTRE
“Que así sea”, dice la irreverente de mi Gaby, al sentir TEMOR de que nos muevan nexplicablemente tres veces el vuelo de Búfalo a Chicago, pero sin MIEDO a abordarlo dos después y nos haya desmadrado eso, toda la agenda.
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