Churchill para políticos mexicanos (solo Muñoz Ledo lo imita) | Por Eloy Garza

Finalmente, más que gritón, Churchill era irónicamente tajante. De ahí su consejo a un general que vociferaba órdenes desde el cuarto de guerra, en mitad de uno de los bombardeos alemanes a Londres. Churchill intentaba hacerse oír entre la explosiones ensordecedoras hasta que pudo acercar su boca a la oreja del subordinado: “señor general, hágame el favor de no perder nunca el estilo”.

Porfirio Muñoz Ledo lee poemas de Octavio Paz | Por Eloy Garza

Pedro me dijo: “Lo tildaste de borracho, para qué escribías eso”. Y yo le repliqué: “¡Y tú para qué me lo publicas!”. Un gran economista de izquierda, Armando Labra, ya fallecido y, a la sazón, coordinador de Asesores de la SEGOB, me aconsejó ir a pedirle perdón casi de rodillas a Muñoz Ledo, digamos que por razones de Estado. “Yo mismo te acompaño con el viejo gruñón”, me dijo.