Voto, drogas y violencia: así vivimos ahora

Eloy Garza González

Susan Sontag suele ser mi marco teórico casi siempre que abordo un tema político o cultural. Ante la página en blanco, cuando comienzo a escribir un artículo, me planteo una cuestión personal: ¿qué pensaría de esto Susan Sontag? 

Estoy seguro que Sontag no coincidiría con el término “guerra del narco”; en realidad la violencia del crimen organizado es un crimen contra la población. No se trata de una mera precisión semántica: el trasfondo lo es todo.  

Por ejemplo, recuerdo un cuento de Sontag que me removió las entrañas cuando lo leí hace varias décadas. Se titula: “The Way We Live Now” y fue publicado originalmente en la revista The New Yorker (24 de noviembre de 1986). 

Me di a la tarea de traducir dicho cuento al español y lo titulé: “Así vivimos ahora”. Sontag no es tan buena narradora como ensayista, pero en este cuento habla de una pandemia que trastocó las relaciones sociales, cambió los hábitos colectivos y provocó que el mundo no volviera a ser el mismo. 

Sontag nunca nos dice abiertamente en su narración el nombre de esa enfermedad que sufren sus personajes y que ella va relatando como una sala de torturas física y mental: es el SIDA. 

El cuento de Sontag se ajusta muy bien al contexto actual, variando el SIDA por el COVID-19. Por supuesto son patologías distintas pero sus efectos sociales pueden ser similares. Con un añadido grave en México que profundiza el quiebre social: el narcotráfico. 

Este fin de semana pasado me sumí apasionadamente en la lectura de un libro que les recomiendo: “Votos, drogas y violencia en México. La lógica política de la guerra criminal en México”. 

No hay aún traducción al español y urge que lo haga alguna editorial, en vez de publicar tanta estupidez . El título en inglés del libro al que me refiero es: “Votes, Drugs, and Violence: The Political Logic of Criminal Wars in Mexico” (Cambridge University Press, 2020). Sus autores son Guillermo Trejo y Sandra Ley. 

¿Cuál es su tesis? Que cuando los países transitan a la democracia, como es el caso de México, deben adoptar procesos de verdad y justicia para confrontar su pasado represivo. A eso le llama Guillermo Trejo “justicia transicional”. 

Con prueba empírica, Trejo y Ley demuestran que cuando los países adoptan esos procesos, se reducen considerablemente las tasas de homicidio y violencia extrema. 

También los autores demuestran con datos duros que cuando los países ignoran su pasado represivo, se incrementa exponencialmente la violencia, como nos pasa actualmente a los mexicanos. 

Es decir, tenemos que procesar a los culpables políticos de esta matazón que aún no cabe. No basta con haber detenido a Genaro García Luna en EUA. De otra manera, diría Susan Sontag, seguiremos viviendo tal como vivimos ahora. 

¿Ya vieron “Somos.”, la mini serie de Netflix? La crueldad verista de las imágenes de esta ficción televisiva se quedan cortas frente a la realidad en el norte de nuestro país. Mucho peor que los asesinatos masivos en Sarajevo donde por cierto también estuvo Sontag. 

Y viene lo peor.

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