La inflación no es buena compañera para México

Eloy Garza González

Según indicadores globales, el aumento de precios de los alimentos en México puede detonar problemas sociales más pronto de lo que creemos. 

El incremento inflacionario es el factor principal para los brotes de insatisfacción masiva y de agitación social, según el New England Complex System Institute (CSI) de la Universidad de Cambridge.

Este instituto publica gráficas que reflejan la correlación de aumentos de precios de alimentos con los disturbios que se han dado en los últimos años. 

Las pruebas provienen de dos fuentes: por un lado, los datos recabados por las Naciones Unidas sobre los precios de los alimentos; por otro, las fechas de conflictos sociales en todo el mundo al margen de su causa.

Según el modelo del CSI, cuando una sociedad rebasa el umbral o “tipping point” (punto de inflexión) entre aumento de alimentos y riots (es decir, arriba de 180 puntos del food price index) el proclive a la manifestación de irritación social. 

No es que por sí mismos los altos precios de alimento provoquen anarquía social (yo estoy más bien de acuerdo en la anarquía individual y más específicamente en el anarco-capitalismo) pero sí crean las condiciones de malestar social que incuban disturbios.

Así pasó cuando superaron esos puntos en 2008, Mozambique, Yemen, Sudán, Haití y Egipto. Y por el contrario, cuando los precios de los alimentos bajaron a nivel mundial en el año 2010, los riots (o disturbios) desaparecieron como por arte de magia. 

Luego, cuando en el año 2011 aumentaron los precios arriba de 180 puntos, la violencia social explotó de nuevo, ahora en Túnez, Libia, Irak, Siria, Uganda y Arabia Saudita, entre otros.

México está rebasando el “tipping point” de 210 puntos, de acuerdo con el modelo de CSI (más adelante señalo los diques que contienen las reacciones adversas). 

Y es que según cifras oficiales de la OCDE, nuestro país registra la séptima inflación más alta, con 7.4%, en paralelo con EUA, que completó una variación de 7% en sus precios generales, como no se habían experimentado en los últimos 40 años. Mala señal para Joe Biden y un indicador del regreso a la palestra pública de Donald Trump. 

Entre los miembros de esta organización nuestro país sólo es superado por Venezuela, líder de la inflación mundial con una variación de 1,198% anual. Un porcentaje terrible y descomunal que avisora una quiebra nacional irremediable. 

Argentina (casi 60%) Turquía (36%) y Brasil (10.1%) y frente a descensos significativos de precios de alimentos como Australia, con una reducción de 5.5 por ciento. Toda una proeza en épocas de pandemia. 

Al igual que en Libia, Uganda y Túnez, en México la comida supone el 80% en la distribución del gasto familiar. 

Cuando los precios se van por las nubes, las familias entran en un tobogán de crisis. 

Se supone que el gobierno federal puede contener cualquier brote de insatisfacción general con los programas sociales que habrán de crecer exponencialmente en los próximos años. 

En suma, de apegarnos al modelo de CSI, y a los patrones de conducta que han extraído los expertos ingleses en complejidad social, los mexicanos estamos cerca de problemas sociales, encabezando junto con otros países emergentes una posible tercera ola mundial de las ahora llamadas “revueltas del hambre”, cuyo liderazgo en America Latina proporcionalmente lo tiene Haití.

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la inflación se le sale de control a Banxico

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