En NL, nadie vigila el campo

Por: Obed Campos

Una de las medidas que menos se entendieron y que más daños le causaron a la seguridad pública y hasta la ecología en Nuevo León, fue la desaparición de la Policía Rural, cuando se formó Fuerza Civil, lo que dejó desprotegida la zona campirana del estado, con sus caminos y brechas.

Los que sufrieron con esta medida, principalmente, fueron los campesinos, abandonados a su suerte, pero también las especies animales originales del estado, que en muchos casos están al borde de la extinción.

El problema de la cacería, que incluye a los depredadores de dos patas furtivos, los cuales no piden permiso y operan todo el año, está acabando con un recurso no renovable con el que aún cuenta Nuevo León.

Expertos en la materia con los que me reuní el fin de semana, me explicaron que en la entidad inicia la temporada de caza legal el tercer viernes de noviembre de 2021 y termina el último domingo de enero de 2022, para la especie de venado cola blanca o “odocoileus virginianus”, que es su nombre científico.

Mis amigos consideran que en el estado hay poco más de cinco mil cazadores registrados y muchos ranchos dedicados a la cría de venado, pero el problema principal es la falta de vigilancia, porque a algún burócrata se le ocurrió hace años desaparecer la Policía Rural y, como ya dije, no hay quien vigile esa tierra de nadie.

Las autoridades federales se limitan a expedir y cobrar el permiso anual de caza, que ofrece un listón amarillo, el cual debe de colocarse en los cuernos de la presa, pero con un solo listón, los mañosos a veces se llevan hasta cinco o diez venados y venadas… Y no hay quien estreche la vigilancia.

Insisto: desatender el campo es dejar que el control de caminos vecinales y brechas lo tome la delincuencia organizada, la cual sí sabe sacar provecho en el trasiego de drogas, migrantes y otros géneros.

GALARDÓN A LA CLÍNICA 25
El Premio Nacional a la Calidad en Salud 2021 que cada año otorga la Secretaría de Salud federal a clínicas y hospitales públicos se lo llevó la Unidad Médica de Alta Especialidad número 25 del IMSS, la cual dirige el doctor José María Sepúlveda Núñez.

El nosocomio fue certificado también en el 2018 por el Consejo de Salubridad General y en el 2019 recibió el Premio Nacional a la Competitividad.

Hay que destacar que el doctor Sepúlveda, también fue reconocido con la medalla Dr. Carlos Canseco que otorga el Gobierno Municipal de Monterrey, en el rubro de “Ejercicio de la Medicina”, por 20 años de labores.

Nos hacen falta más profesionales como el doctor Sepúlveda.

obedcampos@gmail.com

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