María Elena. La Regiomontana Universal

No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto”
Lucas, 6:43

Por: Obed Campos

Publiqué hoy en ABC: 

“Por sus frutos los conoceréis”, reza el evangelio de San Lucas…

A María Elena Chapa Hernández la recuerdo personalmente en dos eventos: 

El primero, cuando me la presentó mi compadre Eloy Garza en la “Casa del Senado”, ubicada en el Barrio Antiguo. 

Recién había recibido la constancia que la acreditaba como Senadora de la República, logro que se celebró ampliamente en Nuevo León.

En ese encuentro la Senadora, sin dejar la firmeza que le caracterizaba, fue amable conmigo y se dio el tiempo para explicarme sus planes a favor de Nuevo León, claro, que los llevaría a cabo desde la máxima tribuna republicana.

Lo anterior ocurrió allá por 1991 y a “La Lic MECH”, como la conocían sus más cercanos, la volví a ver en múltiples eventos, sobre todo en actos oficiales a los que me tocó acudir, ya fuera por cobertura periodística o por cortesía.

El segundo encuentro personal con María Elena fue en el área de vinos de la tienda Walmart, la de Eugenio Garza Sada y Lázaro Cárdenas.

Debe de haber sido el 2002, cuando esa tarde andábamos José Jaime Ruiz y yo en una operación de abastecimiento.

Tras saludarnos afectuosamente, María Elena pidió le recomendáramos unos vinos tintos que quería ofrecer a los invitados que acudirían esa misma noche a cenar en su casa.

José Jaime le recomendó un “Cian ti” de buen precio y creo que también un “Merlot”. Tras el encuentro nos despedimos con su amabilidad que siempre la distinguió.

En otras ocasiones me tocó hablar con ella por teléfono, fueron tantas que no recuerdo para qué, pero en una de esas conferencias fue a pedido de mi amiga la abogada Claudia Tueme, cercana a María Elena.

Ciertamente su partida del plano terrenal es muy dolorosa y dejará un hueco, tanto a sus familiares como a la sociedad femenina nuevoleonesa.

Pero no estoy de acuerdo con eso de que la muerte de María Elena Chapa sea una gran pérdida: No puede ser pérdida cuando su legado es inmenso, tanto para la entidad como para el resto del País.

La dama puso su valor civil, que siempre la hizo diferente entre las de su mismo género, como ejemplo, en todas las facetas y de muchos modos en su vida pública y privada.

Los logros de su lucha feminista, —que aún no acaba, porque aún no se gana— se deben en gran parte a la “La Lic MECH”, quien no abandonó su trinchera ni un solo día de su vida.

Fue mujer de una sola pieza para impulsar la equidad de género. 

Supo pintar una raya muy clara al maldito machismo y, gracias a ella, a su buen ejemplo, es que vienen mejores generaciones de mujeres (y hombres también), a reconstruir una patria tan alicaída a veces, como la nuestra.

“Por sus frutos los conoceréis”, dijo San Lucas…

Yo sugiero a las mujeres de Nuevo León, que María Elena merece bien el título de “Regiomontana Universal. Regiomontana Ejemplar”.

obedcampos@gmail.com
@obedc

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