Mariana Rodríguez saca a la luz conflictos de Capullos y las ¿difamaciones? de Anabel Hernández
Eloy Garza
Hay una diferencia palmaria entre las actuales formas de proceder en Capullos frente a las prácticas de anteriores gobiernos estatales. Es la propia Mariana Rodríguez quien hace público en un video conflictos internos en Capullos, y explica sin tapujos problemas entre adolescentes que a veces rebasan los niveles tolerables de riesgo.
En un video que subió en sus historias en Instagram, Mariana ha comentado abiertamente una riña entre adolescentes en el comedor de la institución y cómo se valieron de armas punzo-cortantes para agredirse entre ellos. Tal parece que el problema no pasó a mayores pero sí provocó una tensión de inseguridad durante una hora y media.
Dice Mariana en Instagram: “es bien importante que entiendan (estos adolescentes) que sus actos van a tener consecuencias. En este caso fue un acto en el que pudieron haber herido a otra persona, que es muy grave lo que hicieron”.
El acto es un reconocimiento (así lo expresa Mariana en su video) de que no todo es color de rosa en Capullos, como nos lo quisieron hacer creer gobiernos estatales anteriores.
Por otra parte, otro tipo de conflictos, ahora de violencia en forma de libros y en redes sociales se ha desatado en el mundo editorial y de la farándula en México.
No es casualidad que ocurra a los pocos días de inaugurarse ya en su modalidad presencial la 35 versión de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL-2021).
La controvertida periodista Anabel Hernández vuelve a la carga y acaba de publicar otro libro titulado “Emma y las otras señoras del narco” (Grijalvo, México, 2021).
Hace varios años apareció en librerías “Los señores del narco” (Penguin Random House, México, 2010), una crónica sobre las complicidades entre los círculos políticos con el crimen organizado y que Anabel revisó para una reedición en el año 2019.
No niego que este tipo de lectura despierta la morbosidad de los lectores como yo, pero atendamos el cúmulo de información con sanas dosis de incredulidad. No todo lo que reluce es oro y no todo lo que se envuelve con el aura de la verdad es periodismo confiable.
Por supuesto, hay que reconocerle a Anabel su valentía para meterse en las catacumbas del narco y revolver el detritus.
Pero habría que asumir el rol de lectores escépticos, que no se comen todo manjar que nos pongan enfrente, devorando sin masticar los testimonios directos que levantó Anabel, y sin dudar si están o no rigurosamente fundados.
Nunca está de más alejarse con prudencia para tener una mejor perspectiva. ¿Estas intrincadas redes de contubernios que ella exhibe son resultado de una investigación exhaustiva?
Ya se que es muy atractivo hurgar entre los poderosos resortes que mueven el crimen organizado; es como jugar con fuego; pero a veces en la quemazón de nombres y apellidos populares se llevan de encuentro sin ton ni son a personas inocentes, víctimas de la vil calumnia. Es el periodismo como show mediático.
Anabel no quita el dedo del renglón en su nuevo libro y sigue en la búsqueda de certezas entre los cárteles de la droga que hunden a nuestro país.
Y según sus propias palabras, pasa revista a esposas y supuestas amantes de importantes narcotraficantes.
¿Hasta dónde llega la investigación veraz y hasta dónde es difamación lo que asevera con tanto énfasis la enfática periodista Anabel?
Escribir sobre fiestas suntuosas, convivios exuberantes, orgías bañadas de coca y alcobas de ensueño erótico son un imán para cualquier curioso. Sin embargo, tengamos cuidado. Anabel no es ministerio público.
Y hay una línea fronteriza difusa que no debe propasarse y que divide el mero entretenimiento con la información falseada, lo que ahora se conoce como fake news.
Me refiero especialmente a las acusaciones contra figuras de la farándula como Ninel Conde, que podrá caernos bien o mal en su faceta de artista, pero eso no la pone en automático como probadas cómplices de la delincuencia.
Ya el propio grupo editorial “Penguin Random House” que publica el libro de Hernández ha señalado en otro caso similar (el de Galilea Montijo) que “en esas notas y afirmaciones se han citado nombres y/o hechos que no están registrados en la investigación periodística que Anabel Hernández detalla en su más reciente publicación”.
¿Quién tiene la razón?, ¿Quién dice la verdad? Se rumora que circulan versiones impresas de este libro donde sí aparece el nombre de Galilea Montijo. No lo sé a ciencia cierta.
Pero la propia Galilea ha colgado un video en Instagram donde declara sollozando su inocencia y exige que se frene el torrente de ataques y acusaciones en su contra en redes sociales como Twitter. El video de Galilea en Instagram ya se volvió viral.
En varios foros públicos, Anabel Hernández ha insistido en sus acusaciones en contra de estas figuras de la farándula y refiriéndose directamente a Galilea ha declarado que lo que ella escribe es cierto y se lava las manos con el argumento de que, aunque menciona a Galilea, “no es la protagonista de su investigación”.
La autora seguramente reiterará su punto de vista el próximo 4 de diciembre cuando presente su libelo en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara (FIL).
Lo que si les garantizo a mis lectores es que este evento será muy concurrido y que el libro acabará siendo un best seller. Ya saben cómo opera ahora el mercado editorial que ha convertido la biografía de grandes capos en libros luego convertidos en series amarillistas, sensacionalistas pero con gran aceptación popular. ¿A dónde vamos a parar?
Finalmente, hoy tendrán el primero de sus dos cruces de semifinales en la liguilla del fútbol mexicano mis Tigres y el León.
Estaremos pendientes para ver cuál de los dos equipos enfrentará al ganador entre Atlas y Pumas en la final del fútbol mexicano. ¡No se olviden que somos incomparables!
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