Monterrey es muy grande. Colosio, muy chico

Por: Obed Campos

¿Monterrey es más grande de lo que esperabas, Luis Donaldo?

Van a ser seis meses ya de que su majestad, Luis Donaldo Colosio Riojas Primero, asumió el cargo para el que “el pueblo le llamó”, como alcalde y visir de Monterrey. No sé usted, amable lector, pero esta historia me recuerda la infame canción de Alicia Villarreal de que “le quedó grande la yegua” o algo así.

Es decir, el traje que le plancharon al joven “hijo de la leyenda”, como lo llama Omar Elí Robles, le quedó demasiado grande, y para que llene los zapatos como alcalde de Monterrey tendrían que crecerle los pies.

De su paso petulante y altivo por la alcaldía sobran los testimonios. Su peor pecado es una soberbia que no le deja ver en donde se encuentra parado y cuales son las obligaciones que adquirió al protestar aceptar el cargo de presidente municipal.

O no me va usted a decir que la ciudad está mejor que hace seis meses.

Las calles siguen igual, llenas de baches y oscuras por las noches.

La inseguridad, pues es la misma historia, aquí medra y manda la delincuencia organizada.

Alcoholes y otras dependencias vitales del municipio son nido de bandidos y ponen cuotas para permisos de bares y para cualquier trámite.

Hay barrios donde se atienden al pie de la letra las órdenes de los mugrosos delincuentes y la policía no se para por ahí ni en visita virtual.

En fin, que gran parte del territorio de la Sultana del Norte no la controla el gobierno municipal, sino que está en manos de la mafia y la delincuencia común.

Ah, pero eso sí, Luis Donaldo sigue caminando como si sus pies no pisaran tierra, como si tuviera alitas en los tobillos… Así se ve él, mientras que a la ciudad se la carga el payaso.

EL AIRE EN LA SECRETARÍA DE EDUCACIÓN
Me cuentan que las decisiones importantes de la Secretaría de Educación del Estado, no se toman en la oficina de Sofialeticia Morales Garza, sino en las comidas de la casa de Nancy Sánchez de Plancarte.

En febrero, en una de esas tertulias, autorizaron el aumento de sueldo para ciertas personas allegadas a Nancy, y no cualquier aumento, en algunos casos más del 100 por ciento y para taparle el ojo al macho, les inventaron puestos como el de “Coordinador de Vacunas Transfronterizas”.

La queja en la tropa es que los beneficios llegan sí, pero nada más para la camarilla de Sánchez de Plancarte, y para nadie más.

Y como diría el clásico, “seguiremos informando”.

@obedc
obedcampos@gmail.com

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